¿Qué es la educación financiera?

Vayamos por partes. Lo primero de todo es contestar a la pregunta «¿Qué es la educación financiera?».

Si acudimos a Wikipedia, leeremos: «Educación financiera es la capacidad de entender como funciona el dinero en el mundo: como una persona lo obtiene (gana), lo administra, lo invierte y lo dona para ayudar a los demás.​ Más específicamente, la educación financiera se refiere al conjunto de habilidades y conocimientos que permiten a un individuo tomar decisiones informadas de todos sus recursos financieros.»

Ya esta descripción nos da una idea: «el conjunto de habilidades y conocimientos que permiten a un individuo tomar decisiones informadas de todos sus recursos financieros». Es la capacidad de cualquier persona de entender cómo funciona el dinero y cómo afectan nuestras decisiones al ahorro, al endeudamiento, a la inversión, y en última instancia a planificar nuestro futuro y conseguir nuestros objetivos, sea una buena jubilación, sea la libertad financiera. Para ello es preciso tener cultura financiera, que es el dominio de conocimientos financieros sobre los que se sustentará nuestras decisiones, habilidades y prácticas.

El objetivo de todo esto es adoptar hábitos y comportamientos financieros adecuados, que te proporcionen una vida satisfactoria, sin la angustia y el estrés debido a las malas decisiones financieras (el dinero no llega, las deudas no paran de crecer…). Es, en un primer paso, ver dónde estás ahora y cómo quieres arreglarlo, y después, desde donde estás, a dónde quieres llegar.

Esto me recuerda a la clásica pregunta: «¿Dónde quieres estar en cinco años?». Tiene que ver con esto mismo. Y no solo cinco años, también en diez, y más allá. ¿Dónde quieres estar? ¿Cómo te quieres ver? Para conseguir esto tienes que empezar a aprender a tomar las decisiones financieras adecuadas, y adquirir los conocimientos que te ayudarán a hacerlo.

Grosso modo, y en términos prácticos, la educación financiera significa:

  • Tener completa conciencia de todos tus ingresos, y todos tus gastos. Cómo fluye tu dinero en tus manos, y cómo, en qué y cuánto dinero se va. Aprenderás a gestionar tu dinero.
  • Sanear tu flujo de dinero, cortando aquellos gastos que son superfluos, y reduciendo otros que sean excesivos dentro de tu nivel actual de economía a un nivel más razonable y acorde a tus ingresos.
  • Comenzar a ahorrar. Todos los meses dedicarás una parte de tus ingresos al ahorro. ¿Parece sencillo? Sí. ¿Lo es? No tanto. Esto, como todo, tiene sus trucos.
  • Empezar a invertir. ¿Has oído eso de «que el dinero trabaje para ti»?. Es exactamente eso: empezar a dejar de trabajar tú para el dinero, y que el dinero empiece a trabajar para ti. ¿Cómo? Que tu dinero genere más dinero para ti. Hay muchas maneras, e iremos hablando de todas ellas.
  • Los impuestos, ¡ay! No se puede prescindir de ellos, pues estamos obligados. –En realidad no sería malo pagar impuestos si quienes los cobran lo gestionasen correctamente para lo que son, pero eso es una historia que no va aquí–. Son una parte importante de nuestra cultura financiera y de qué decisiones tomemos dependerá de que terminemos pagando más o menos impuestos. Y no, no se trata de lo de aportar un dinero a un plan de pensiones, es mucho más que eso.
  • Los seguros. Bastantes veces se obvia este tema en la educación financiera –muchos sitios se quedan en el trinomio gastos-ahorro-inversión– pero es un aspecto importante. Ya sabes lo que son los seguros: te protegen de desgracias. Y de eso se trata. Hay infinidad de cosas en la vida que pueden dar al traste con nuestros planes, pero un seguro adecuado nos puede cubrir. ¿Una avería en casa? Un seguro lo cubre. ¿El coche se nos rompe? Su seguro nos lo arregla e incluso puede que nos lo cambie. ¿Estamos enfermos y no podemos trabajar y mantener a nuestra familia? Un seguro puede cubrir esa contingencia. Vale, sí. Los seguros cuestan dinero, y es posible que no pase nada y hayamos gastado ese dinero para nada. Pero, ¿y si pasa? Sólo déjame decirte una cosa: los ricos tienen montones de seguros. No son tontos, si los tienen será porque consideran que vale la pena.
  • La actitud, o dicho de otra forma: cómo pensamos y qué pensamos, nuestros patrones de pensamiento. Este tema generalmente no se suele tocar, pero es algo que considero muy importante, porque lo influye absolutamente todo. Quizás conozcas personas que a pesar de que han tratado de aprender educación financiera siguen estando mal. No es que la educación financiera no funcione. Lo que no funciona bien es cómo piensan y reaccionan, su actitud. Por ejemplo, tendrán sus impulsos de compradores compulsivos, y aunque lo anoten todo en un presupuesto no les servirá de nada si no corrigen esa adicción al chute de endorfina cuando van a comprar tan pronto les llega algún dinero de algún lado (un premio, una indemnización laboral, etc.) Aquí hablaremos de ello, pero déjame decirte algo que he aprendido: la única diferencia, realmente la única, entre pobres y ricos, está en cómo piensan, nada más. El dinero o su falta es sólo consecuencia de ello.

Y esto es básicamente en lo que consiste la cultura financiera: aprender cultura financiera, aprender a tomar las decisiones financieras adecuadas y adquirir los hábitos adecuados que nos conduzcan a los objetivos que buscamos.

 


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